Exposición temporal
IV CENTENARIO DE LA MUERTE DE CERVANTES
Galería alta del Museo
Del 23 de abril al 29 de mayo de 2016
CERVANTES: EL PERSONAJE
De la vida de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), buena parte es un misterio: dada la parca documentación conservada y a las referencias que de sí fue salpicando en sus escritos.
Nace en Alcalá de Henares. Fue el cuarto hijo de un cirujano barbero, cuya actividad le llevó por Valladolid, Córdoba, Sevilla, Madrid y, quizá, Andalucía.
Sus primeros poemas salen en Madrid en 1569, cuando comienza su aventura como soldado de los tercios por Italia y Sicilia. En 1571 participa en la batalla de Lepanto, a la que seguirán otras acciones en el Mediterráneo y norte de África.
En 1575 es prendida la galera en que viaja por corsarios berberiscos y sufrirá cautiverio en Argel hasta 1580, en que es rescatado.
A su vuelta, solicitará inútilmente «la merced» de un empleo en América. Mientras, en 1584 nace su primera hija en Madrid y se casa en Esquivias con Catalina de Salazar. Al siguiente año, publica su primera obra y, enseguida, estrena varias obras teatrales.
Entre 1587 y 1601 vive en Sevilla, ocupando un puesto de comisario de abastos y, dado su cargo, hubo de visitar bastantes poblaciones andaluzas e, incluso, la cárcel.
En 1603 está establecido en Valladolid, en donde vive malos momentos, solo salvables por la publicación de la Primera parte del Quijote, que sale fechado en 1605. Su inmediato éxito, que no se mudó en dinero, le llevó de vuelta a Madrid.
Allí, entre 1605 y 1615, despliega una importante actividad literaria, que se traduce en la publicación del grueso de su obra.
LA OBRA CERVANTINA
Aunque Cervantes escribió poemas en su época de estudiante, algunos publicados en 1569, su primera obra, La Galatea, una novela pastoril, no se imprime hasta 1585.
Tras su vuelta de Argel en 1580, y a la espera de un empleo público, buscará en Madrid hacerse un hueco como autor teatral, su gran vocación; pero el éxito de Lope de Vega le ensombrece.
A comienzos de 1605 sale a la venta El Quijote en las librerías de Madrid y Valladolid. Su rápido éxito satisfizo a Cervantes, pero la publicación en 1614 de un segundo tomo por un tal Alonso Fernández de Avellaneda, le provocó una gran congoja. Aunque, bien mirado, fue un acicate para que culminara su segunda parte, editada en 1615.
Dos años antes, en 1613, salieron de la imprenta sus Novelas Ejemplares, un conjunto de pequeñas novelas sin un discurso narrativo unificado, que escribió entre 1590 y 1612. Entre ellas destacan La Gitanilla, Rinconete y Cortadillo, El amante liberal o El coloquio de los perros…
En 1614, publica Viaje del Parnaso, un extenso poema en el que el propio autor libra una batalla contra los malos poetas. Y, al año siguiente, saca a la luz Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados, un conjunto de comedias y entremeses que había venido escribiendo años atrás.
Cuatro días antes de fallecer escribe sus últimos versos, que se incluyen en la dedicatoria de Los trabajos de Persiles y Sigismunda, Historia Setentrional, que se edita póstumamente en 1617.
LA FORTUNA DEL QUIJOTE
El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha es la obra cumbre de la literatura española.
Publicado en dos partes, en 1605 y 1615, tuvo un éxito rapidísimo. Se leyó, entonces, como una novela cómica, parodia regocijante de las novelas de caballería tan en boga en aquel tiempo.
En el siglo XVIII, pasada aquella circunstancia, es ya considerado como obra clásica y como modelo de lenguaje. Los españoles se sienten orgullosos de una novela que los críticos extranjeros sitúan entre las máximas creaciones del ingenio humano.
Pero es en el siglo XIX, con el Romanticismo, cuando El Quijote empieza a ser valorado en profundidad. Es en esta época cuando el caballero manchego se convierte en símbolo del hombre que lucha sólo por el triunfo del espíritu sin que le acobarden los obstáculos.
Desde entonces acá, dados sus complejos mensajes, las interpretaciones de los personajes de Alonso Quijano y de Sancho Panza se han sucedido. Y es que el hidalgo y su escudero encarnan, respectivamente, el impulso ideal y el tosco sentido común que coexisten en el corazón humano.
El Quijote ha sido editado cientos de veces, en ediciones rústicas y lujosas, a veces con ilustraciones bellísimas, y ha sido traducido a todas las lenguas cultas del mundo.
De la vida de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), buena parte es un misterio: dada la parca documentación conservada y a las referencias que de sí fue salpicando en sus escritos.
Nace en Alcalá de Henares. Fue el cuarto hijo de un cirujano barbero, cuya actividad le llevó por Valladolid, Córdoba, Sevilla, Madrid y, quizá, Andalucía.
Sus primeros poemas salen en Madrid en 1569, cuando comienza su aventura como soldado de los tercios por Italia y Sicilia. En 1571 participa en la batalla de Lepanto, a la que seguirán otras acciones en el Mediterráneo y norte de África.
En 1575 es prendida la galera en que viaja por corsarios berberiscos y sufrirá cautiverio en Argel hasta 1580, en que es rescatado.
A su vuelta, solicitará inútilmente «la merced» de un empleo en América. Mientras, en 1584 nace su primera hija en Madrid y se casa en Esquivias con Catalina de Salazar. Al siguiente año, publica su primera obra y, enseguida, estrena varias obras teatrales.
Entre 1587 y 1601 vive en Sevilla, ocupando un puesto de comisario de abastos y, dado su cargo, hubo de visitar bastantes poblaciones andaluzas e, incluso, la cárcel.
En 1603 está establecido en Valladolid, en donde vive malos momentos, solo salvables por la publicación de la Primera parte del Quijote, que sale fechado en 1605. Su inmediato éxito, que no se mudó en dinero, le llevó de vuelta a Madrid.
Allí, entre 1605 y 1615, despliega una importante actividad literaria, que se traduce en la publicación del grueso de su obra.
LA OBRA CERVANTINA
Aunque Cervantes escribió poemas en su época de estudiante, algunos publicados en 1569, su primera obra, La Galatea, una novela pastoril, no se imprime hasta 1585.
Tras su vuelta de Argel en 1580, y a la espera de un empleo público, buscará en Madrid hacerse un hueco como autor teatral, su gran vocación; pero el éxito de Lope de Vega le ensombrece.
A comienzos de 1605 sale a la venta El Quijote en las librerías de Madrid y Valladolid. Su rápido éxito satisfizo a Cervantes, pero la publicación en 1614 de un segundo tomo por un tal Alonso Fernández de Avellaneda, le provocó una gran congoja. Aunque, bien mirado, fue un acicate para que culminara su segunda parte, editada en 1615.
Dos años antes, en 1613, salieron de la imprenta sus Novelas Ejemplares, un conjunto de pequeñas novelas sin un discurso narrativo unificado, que escribió entre 1590 y 1612. Entre ellas destacan La Gitanilla, Rinconete y Cortadillo, El amante liberal o El coloquio de los perros…
En 1614, publica Viaje del Parnaso, un extenso poema en el que el propio autor libra una batalla contra los malos poetas. Y, al año siguiente, saca a la luz Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados, un conjunto de comedias y entremeses que había venido escribiendo años atrás.
Cuatro días antes de fallecer escribe sus últimos versos, que se incluyen en la dedicatoria de Los trabajos de Persiles y Sigismunda, Historia Setentrional, que se edita póstumamente en 1617.
LA FORTUNA DEL QUIJOTE
El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha es la obra cumbre de la literatura española.
Publicado en dos partes, en 1605 y 1615, tuvo un éxito rapidísimo. Se leyó, entonces, como una novela cómica, parodia regocijante de las novelas de caballería tan en boga en aquel tiempo.
En el siglo XVIII, pasada aquella circunstancia, es ya considerado como obra clásica y como modelo de lenguaje. Los españoles se sienten orgullosos de una novela que los críticos extranjeros sitúan entre las máximas creaciones del ingenio humano.
Pero es en el siglo XIX, con el Romanticismo, cuando El Quijote empieza a ser valorado en profundidad. Es en esta época cuando el caballero manchego se convierte en símbolo del hombre que lucha sólo por el triunfo del espíritu sin que le acobarden los obstáculos.
Desde entonces acá, dados sus complejos mensajes, las interpretaciones de los personajes de Alonso Quijano y de Sancho Panza se han sucedido. Y es que el hidalgo y su escudero encarnan, respectivamente, el impulso ideal y el tosco sentido común que coexisten en el corazón humano.
El Quijote ha sido editado cientos de veces, en ediciones rústicas y lujosas, a veces con ilustraciones bellísimas, y ha sido traducido a todas las lenguas cultas del mundo.
Díptico de la exposición:
DISEÑO:
Museo Santa Clara de Zafra
COORDINACIÓN:
Juan Carlos Rubio Masa
AGRADECIMIENTOS:
D. Julián Sánchez Castañón
Dª. Virtudes Rubio Martínez
D. Fernando Martínez Moreno
Dª. María del Carmen Rodríguez del Río
D. Guillermo Sánchez Castañón
Dª. Gema Borrachero García
Dª. Estrella Claver Romero
Dª. Adela Navarro Peinado
D. Luis Ricardo Lama Hernández
D. José María Moreno González
Dª. Justa Tejada Becerra.
Biblioteca Pública Municipal “Antonio Salazar”
Publisur
Amigos del Museo y del Patrimonio de Zafra
Todas las piezas expuestas proceden de bibliotecas y colecciones de la ciudad de Zafra
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